miércoles, 30 de abril de 2008

SU PERDÓN, SU SERVICIO, SU FORTALEZA

¿Cómo puedo parecerme a Jesús?

SU PERDÓN, SU SERVICIO, SU FORTALEZA

Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Col. 3:13

Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Mt. 20:28


Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
He 12:2-3

Jesús nos enseña a perdonar, nos enseña a servir y nos da ejemplo de su fortaleza y valentía. Además de todas las cosas que nos enseña con su ejemplo y sus palabras, Él no pierde la confianza que tiene de que nos dejemos terminar lo que empezó en nosotros.

Parece increíble pero las personas que no muestran fe en la existencia de Dios, viven muy tranquilos sin perdonar ni recibir perdón, no lo creen necesario, otros si lo creen y experimentan paz en su interior cuando lo hacen.

El efecto de la falta de perdón en nuestras vidas es una muestra de nuestra necesidad espiritual, de que el alma vive y se alimenta o se enferma, igual que nuestro cuerpo de carne y hueso, necesita su debido cuidado.

El servicio parece ser la carta de presentación de mucos cristianos. Aunque algunos cuando crecen espiritualmente, ya no quieren servir. Cuando Jesús dice que no vino para ser servido sino para servir, está llevando a cabo un acto realizado hasta esa fecha solamente por las mujeres y los esclavos, lavar pies.

Jesús nos enseñó de muchas maneras, pero principalmente con el ejemplo. Diciendo: si alguno quiere ser grande en el reino de los cielos que sirva a los demás. Hace una aclaración y da una explicación. Pero se amarro una toalla y se agachó a lavar los pies de sus discípulos.

Tenía cuidado de servir comida a las grandes multitudes, contaba con sus ayudantes, pero no dejaba de poner atención a cualquier pequeño detalle. Al menospreciar el oprobio, o sea no hacer caso de la vergüenza que tendría que pasar, nos muestra su amor, su cuidado y su ejemplo.

Jesús de muchas maneras ha sido ejemplo para nuestras vidas, y según sigamos leyendo los evangelios, las cartas de Pablo, las profecías, la historia, y el Antiguo Testamento, nos daremos cuenta que toda la palabra de Dios, se dedica a darnos a conocer a ese hombre ejemplar, y digno de imitar.

Debemos imitarlo y seguirlo. Porque nuestra meta debe de ser alcanzar su estatura y llegar a ser dignos de ser la iglesia que Él está esperando, pura, limpia, y sin mancha.

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