MUJER...
Te invitamos a visitar este espacio.
“Yo amo a los que me aman y me hallan los que temprano me buscan”
Proverbios 8:17
Hogar
“La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba”
Proverbios 14:1
El hogar es nuestro refugio. Lo que tenemos dentro de una casa, un apartamento, un cuarto si eso es todo lo que tenemos. El lugar y el tamaño no es tan importante como lo que hay dentro. Una familia, personas que se aman, que hacen lo posible por agradarse, por hacer la voluntad de Dios.
Donde llegamos a descansar. Después de un día de trabajo duro. Después de un día de problemas y circunstancias adversas, tristes, o alegres y llenas de satisfacciones. Un lugar que Jesús en la tierra no tenía, mientras llevaba a cabo su ministerio: “un lugar donde recostar su cabeza”.
Como señora del hogar, usted debe estar consciente de que los demás miembros del mismo, esperan algo de usted. Encontrar a la señora del hogar en ese lugar. Saber que no solo cuentan con el techo y la comida sino también con “ella” es una garantía de seguridad para su familia.
Por supuesto que la señora del hogar no está presa en ese lugar. Ella también disfruta de la vida y de salir, de divertirse, de reír, “trae su pan de lejos dice proverbios de la mujer virtuosa” ¿y qué anda haciendo tan lejos? Eso nos demuestra que si se puede.
No es correcto ni es justo que la mujer se encierre. Es contraproducente y dañino. El hecho de salir le hace tomar nuevas fuerzas, nuevas energías, nuevas ideas. El tener comunicación con otras personas es gratificante para ella y su familia. El encierro es nocivo para la salud.
Un hogar y una casa, es lo que la mujer sabia edifica. “mas la necia con sus manos la destruye” todo con medida. Hay muchas formas de edificar la casa, evitando que se destruya. Debemos saber retener lo bueno y desechar lo malo. Lo que le hace daño a la familia y a los hijos, a la pareja de esposos, hay buenas y malas influencias. Los amigos por ejemplo.
Hay amigos buenos y malos. Un buen amigo te aconseja bien, te ayuda, te desea lo bueno. Uno malo es lo contrario, es más no es amigo, pero muchas veces están ahí haciendo más daño y más estorbo que ayuda. Dios nos permite escoger a nuestros amigos, no así a los padres y los hijos, que son un regalo de Dios.
Cuando conocemos personas que no nos enseñan nada bueno debemos discernir que somos nosotros los que debemos enseñarles algo a ellos. Porque si hemos tenido la capacidad de darnos cuenta de que sus consejos son malos y no sabios, así también nos daremos cuenta que algo tenemos para compartirles.
Y si por alguna circunstancia, después de mucho esfuerzo, vemos que no avanzamos con ellos, que no quieren escuchar consejo, dice la palabra de Dios que “el sabio ve el mal y se aparta” así que en la Biblia tenemos la respuesta hasta en eso.
Algunos dicen que los amigos los hacen caer y pecar. Eso no es cierto. Nadie obliga, ofrecen y proponen, uno acepta o no. Lo que sucede a veces es que nos ayudan a sacar lo que realmente tenemos dentro. Es importante autoevaluarse cada día. Especialmente cada noche al evaluar nuestro caminar con Dios, arrepentirse y pedir perdón, pero “vete y no peques más”
Dedícale tiempo a tu familia. Dedica buen tiempo a tu esposo, de verdad que luego nos lamentamos por el tiempo perdido. No olvides a tus hijos dales lo mejor de tu vida, para que también ellos compartan contigo lo mejor de su existencia.
Lucha por tu hogar. Mira que el diablo no venga a meterse en medio. Procura que sean uno, como un cuerpo con muchos miembros, como es la iglesia, que es el cuerpo de Cristo. Así tu casa debe ser fundamentada sobre la roca que es el Señor Jesucristo. Lee mucho, escucha consejos, cuenta tus pequeños problemas, para que no se vuelvan grandes, ya grandes te van a dar vergüenza. Todo es mejor temprano que tarde.
http://www.llamadafinalguatemala.com/
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“La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba”
Proverbios 14:1
El hogar es nuestro refugio. Lo que tenemos dentro de una casa, un apartamento, un cuarto si eso es todo lo que tenemos. El lugar y el tamaño no es tan importante como lo que hay dentro. Una familia, personas que se aman, que hacen lo posible por agradarse, por hacer la voluntad de Dios.
Donde llegamos a descansar. Después de un día de trabajo duro. Después de un día de problemas y circunstancias adversas, tristes, o alegres y llenas de satisfacciones. Un lugar que Jesús en la tierra no tenía, mientras llevaba a cabo su ministerio: “un lugar donde recostar su cabeza”.
Como señora del hogar, usted debe estar consciente de que los demás miembros del mismo, esperan algo de usted. Encontrar a la señora del hogar en ese lugar. Saber que no solo cuentan con el techo y la comida sino también con “ella” es una garantía de seguridad para su familia.
Por supuesto que la señora del hogar no está presa en ese lugar. Ella también disfruta de la vida y de salir, de divertirse, de reír, “trae su pan de lejos dice proverbios de la mujer virtuosa” ¿y qué anda haciendo tan lejos? Eso nos demuestra que si se puede.
No es correcto ni es justo que la mujer se encierre. Es contraproducente y dañino. El hecho de salir le hace tomar nuevas fuerzas, nuevas energías, nuevas ideas. El tener comunicación con otras personas es gratificante para ella y su familia. El encierro es nocivo para la salud.
Un hogar y una casa, es lo que la mujer sabia edifica. “mas la necia con sus manos la destruye” todo con medida. Hay muchas formas de edificar la casa, evitando que se destruya. Debemos saber retener lo bueno y desechar lo malo. Lo que le hace daño a la familia y a los hijos, a la pareja de esposos, hay buenas y malas influencias. Los amigos por ejemplo.
Hay amigos buenos y malos. Un buen amigo te aconseja bien, te ayuda, te desea lo bueno. Uno malo es lo contrario, es más no es amigo, pero muchas veces están ahí haciendo más daño y más estorbo que ayuda. Dios nos permite escoger a nuestros amigos, no así a los padres y los hijos, que son un regalo de Dios.
Cuando conocemos personas que no nos enseñan nada bueno debemos discernir que somos nosotros los que debemos enseñarles algo a ellos. Porque si hemos tenido la capacidad de darnos cuenta de que sus consejos son malos y no sabios, así también nos daremos cuenta que algo tenemos para compartirles.
Y si por alguna circunstancia, después de mucho esfuerzo, vemos que no avanzamos con ellos, que no quieren escuchar consejo, dice la palabra de Dios que “el sabio ve el mal y se aparta” así que en la Biblia tenemos la respuesta hasta en eso.
Algunos dicen que los amigos los hacen caer y pecar. Eso no es cierto. Nadie obliga, ofrecen y proponen, uno acepta o no. Lo que sucede a veces es que nos ayudan a sacar lo que realmente tenemos dentro. Es importante autoevaluarse cada día. Especialmente cada noche al evaluar nuestro caminar con Dios, arrepentirse y pedir perdón, pero “vete y no peques más”
Dedícale tiempo a tu familia. Dedica buen tiempo a tu esposo, de verdad que luego nos lamentamos por el tiempo perdido. No olvides a tus hijos dales lo mejor de tu vida, para que también ellos compartan contigo lo mejor de su existencia.
Lucha por tu hogar. Mira que el diablo no venga a meterse en medio. Procura que sean uno, como un cuerpo con muchos miembros, como es la iglesia, que es el cuerpo de Cristo. Así tu casa debe ser fundamentada sobre la roca que es el Señor Jesucristo. Lee mucho, escucha consejos, cuenta tus pequeños problemas, para que no se vuelvan grandes, ya grandes te van a dar vergüenza. Todo es mejor temprano que tarde.
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