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“Yo amo a los que me aman y me hallan los que temprano me buscan”
Proverbios 8:17
“Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?
Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.”
Proverbios 4:9-11
¿Una solución o un fracaso? ¿Cuántos ganan y cuantos pierden en un divorcio? La principal causa de divorcio: la falta de comunicación. Esperan hasta explotar. Luego el orgullo, nadie quiere “dar su brazo a torcer”. También el egoísmo, todos buscan su propia felicidad, o bienestar, o conveniencia, etc. Y también la ignorancia. No saben que no vinieron a este mundo a ser felices, ni a que su pareja los haga felices, sino hacer la voluntad de Dios y a realizar algún propósito eterno en ese matrimonio, que hay que descubrir.
Tan de moda aun entre los cristianos, una manera fácil de solucionar las cosas. Aunque parezca que es muy difícil la decisión de un divorcio, muchas veces es una explosión de desesperanza. Los motivos: diversos. Por lo general: la gota que rebalsa el vaso. La familia, los amigos, los hermanos de la iglesia, los vecinos, todos intrigados; preguntándose ¿qué pasó? ¡Tan bien que se veían! ¡Tan bonita pareja! ¿No será que no buscaron ayuda ni soluciones? Y si la buscaron ¿por qué nadie sabía que había problemas?
¡Es que falta comunicación! No se trata de difamarse entre la pareja, ponerse en mal, avergonzarse frente a amigos, sino de pedir opiniones, escuchar a otros nos ayuda a tomar mejores decisiones. “En la multitud de consejeros hay seguridad.” Y sobre todo ¿qué dice la Biblia? ¿Qué quiere Dios? ¿Por qué Dios permite que se casen, tengan hijos y luego se separen y se vean de lejos, ser felices con otras parejas, y a veces otros hijos?
¿Es eso lo que Dios planificó para la humanidad? O se trata de otro de los “inventitos del hombre”. Un niño o una niña, en un nuevo colegio o vecindario, cuando se presenta con más chicos y llega el momento de contar sobre sus padres divorciados ¿con qué cara cree usted que lo hace? ¿De orgullo? ¿Felicidad? ¿Alegría? ¿Satisfacción?
No, la realidad es que si usted le viera su carita, niños, jóvenes o adolescentes lo dicen con indiferencia, o tristeza, o frustración o vergüenza. Les enseñan a buscar las ventajas de ello, como todo, que tienen dos dormitorios, y dobles juguetes, o ropas aquí y allá. Quisieran poder contar que tienen a sus papitos juntos, y que son una familia feliz. Eso les daría seguridad y los haría personas de muchísimo éxito en la vida.
“Pero son mejor unos padres divorciados que unos padres que pelean todo el tiempo” ¿cuántas veces ha escuchado esa frase? Y no es acaso una justificación para seguir peleando o dejar las cosas acabar mal. Realmente sería mejor encontrar soluciones, y comunicarse como humanos y dejar de pelear. Sobre todo delante de los hijos. Utilizar esas cuatro paredes por las que debieron luchar desde que decidieron casarse, un hogar incluye una habitación para los esposos, con privacidad.
Cuando la causa del divorcio es la infidelidad. Es eso o la falta de “perdón” en mi poca experiencia como esposa de pastor he podido ver que muchas mujeres llegan contando que su marido las dejó por otra mujer, pero realmente al platicar del asunto me doy cuenta de que ellos tuvieron una gran caída, que desde luego necesita restauración, pero ellas los reciben con las maletas listas. Y ellos pues toman el camino corto “que ellas les proponen” “volver al pecado” seguir con aquella mujer ajena que los hizo caer.
Mujer lucha por lo tuyo. Lucha por lo que tienes, por lo que te pertenece. Dios te lo ha dado a ti. Busca ayuda aprende a perdonar porque sin eso no vas a llegar al cielo. Tal vez tu propósito en Dios es ayudar a restaurar esa alma, a rescatarla del infierno. Has lo que te corresponde y sigue adelante.
Cuando el motivo es la violencia doméstica. Muchos creen que es un buen motivo. En ese caso no debes esperar a la segunda. Con una primera muestra de violencia ¡hay que buscar ayuda! No calles, no te avergüences. A cualquiera le puede pasar, sobre todo en nuestra sociedad influida por el machismo y la ignorancia. Si te enamoraste de un abusador, no aguantes hasta que no te den las fuerzas.
No creas que va a cambiar, guardando el secreto y teniendo paciencia, esa persona necesita ayuda; y luego a los diez, quince o veinte años definitivamente vas a estar exhausta y desesperada, pero todo es por que callaste por muchos años, y a estas alturas definitivamente las fuerzas ya no dan y la fe no se ve por ningún lado, la decepción domina cualquier mente, el “no querer saber ya nada” termina con una posibilidad de hacer crecer hijos felices, en un hogar estable.
Cuando las respuestas a nuestras preguntas son “yo no sabía” “no se” “no entiendo” “me equivoqué”. Puede que tengamos problema de falta de conocimiento o sea ignorancia. Y por un motivo así se perdió el pueblo de Dios, aunque le perdona y le espera con paciencia, es el pueblo quien sufrió las consecuencias de su ignorancia, eso mismo pasará en el día final. Y lo mismo les pasa a las personas que quieren llevar a cabo ideales sin empaparse del conocimiento necesario.
Cuando nos interesa agradar a Dios, servir a los demás y hacerlos felices; nos vamos a dar cuenta que nuestra satisfacción nos realizará y seremos felices. Si sabemos enseñar en la casa, a los hijos y al esposo, no solo darles el pez sino enseñarles a pescar; no solo darles amor sino enseñarles a darlo, no solo servirles sino enseñarles a servir, no solo agradar a Dios sino enseñarles a ellos a agradar.
Enseñe a su familia que ellos también deben prepararse para ganar la vida eterna llena de premios y coronas, ellos también deben saber servir como Jesús nos enseñó “que no vino a ser servido sino a servir” quien sabe si no usted también va a cosechar de esos frutos.
Por lo demás, con la ayuda de Dios podemos superarlo todo. Sea cual sea el problema. Para Dios no hay nada imposible. Lo importante es saber pensar en Él a tiempo y no dejarlo para última hora. Dios no es nuestro último recurso sino el primero.
Miriam Argueta de Jerez
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