jueves, 29 de mayo de 2008

PROMESAS DE DIOS

Porque el SEÑOR estará siempre a tu lado y te librará de caer en la trampa.
Proverbios 3:26

Cuántas promesas hay en la Palabra de Dios, y que no nos hemos aferrado a ellas. Esta mañana me encontré con este pasaje, justo cuando más lo necesitaba, (qué casualidad), no, no es una casualidad, es Dios mostrando su cuidado. Y ahora que buscaba un tema para meditar en este espacio. Pensé ¿por qué no hablar de las promesas de Dios?

Podemos encontrar promesas de toda clase, copiarlas, escribirlas, memorizarlas, hacerlas nuestras. Porque eso es lo que Dios espera, que creamos a su Palabra, para darnos más cada día. Un día tras otro, tenemos en cada uno, la oportunidad de ver la mano de Dios.

Dios nos protege y nos defiende, nos libra de caer en la trampa. Bien sabe Dios que tenemos un enemigo, el mismo que no le ama a Él. Nos quiere hacer caer, y a veces no le cuesta nada convencernos. La mayor parte de las veces, la mayoría de las horas del día, las dedicamos a creer en el mundo y en el diablo, que a creer en Dios.

De pronto nos acordamos que existe un ser espiritual, y especial, que nos puede ayudar. A veces vamos a su palabra a ver si encontramos una respuesta. Muchas veces luego de haber buscado en otro lado, y tal vez, cuando hemos agotado todos los recursos, para encontrar solución a nuestros problemas.

¿Por qué dejamos para de último lo que debemos hacer primero? A veces nosotros mismos nos tendemos esa trampa. A veces nos metemos en unos problemas, que cuando estamos allí, no nos explicamos cómo fue que caímos, cómo nos comprometimos a algo que no podríamos cumplir, o cómo dispusimos, opinamos, o decidimos, sin consultarle a Dios.

Y cuando nos damos cuenta de que todo ha salido mal. Entonces nos percatamos de que tal vez no era fe la que teníamos cuando hicimos promesas, o compromisos, tal vez era solamente una esperanza, que no sabemos si estaba respaldada por Dios, no sabemos si estábamos decidiendo bajo su voluntad.

Así que sea que vivamos o que muramos del Señor somos. Entonces cómo podemos fallar, si nos declaramos suyos. Debemos decirlo y también creerlo. Que cuando venga un problema a nuestra vida, grande o pequeño, del Señor somos. Con salud o enfermedad, de Él somos.

El que ha prometido estar a nuestro lado, dice que: en su derecha hay larga vida, y en la izquierda honor y riquezas. Pr. 3:16 De qué mano del Señor te quieres agarrar. A veces hasta cantamos que estamos tomados de su mano. Pero con nuestros hechos le mostramos al mundo que no es verdad. No le creemos.

Si de verdad le creyéramos, cuando pedimos que alguien que crea en Él, cualquiera que crea; nos ponga la mano encima y ore, o sencillamente obedezca al llamado y la promesa del Señor, “impondrán las manos sobre los enfermos y éstos sanarán” no dice a partir del año dos mil. No dice antes de que llegue el año dos mil diez.
Dice que sus discípulos vayan por todo el mundo. Y ya fueron sus discípulos por todo el mundo, ya todo aquel que cree ha sido bautizado, o todavía no han creído todos. La oportunidad acaso ya pasó, y ya no se puede creer en Él? No, la oportunidad todavía está abierta. “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tu y tu casa.”

Todavía a todos los que le crean, a todos los que le reciban, los que crean en su nombre, todavía se les da la potestad de ser hechos hijos de Dios. Esas promesas no se han quedado en el pasado ni en el recuerdo. Existen y son reales. Y están a la mano, al alcance de todo el que se lo cree.

Todavía hay una promesa de larga vida a aquel que honre a su padre y a su madre. También se puede invocar su nombre “todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo” “Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado.” Sigue vigente.

Además sigue existiendo el llamado a probarle en esto, a ver si no se abren las ventanas de los cielos hasta que sobre abunde, y la promesa de que va a reprender al devorador. ¿Te sigue atacando el devorador? No será que no le estás dando la parte de tu sueldo que le corresponde por derecho, Él te dio un trabajo, y nueve partes del salario son tuyas, una sola es para Él, una sola es de Dios.

¿Cuándo vas a empezar a buscar en la Biblia cuántas promesas tiene Dios para ti?. Dios quiere que te las aprendas, que las memorices, que las medites y que las creas.

miércoles, 21 de mayo de 2008

ESFUERZATE Y SÉ VALIENTE

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes porque yo estoy contigo a dondequiera que tu vayas.
Josué 1:9

Muchas veces necesitamos ser valientes y en nuestra mala manera de orar le decimos a Dios hazme una mujer valiente. Dios no puede hacer lo que te ha mandado a ti que hagas. Otras veces se nos exhorta a ser esforzados, esforzarse es dedicarse, entregarse de lleno a algo, ser trabajadoras. Y también le pedimos fuerzas para eso a Dios. Dios quiere que te esfuerces y seas valiente.

No temas, ni desmayes, dice el Señor. Así como le dijo a Josué también te dice a ti. No temer es no tener miedo, pero el miedo va muy relacionado con un espíritu de cobardía. Dice la palabra que Él no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Eso es lo contrario al miedo.

Y no desmayes significa que no te rindas. No te hagas para atrás. No dejes la constancia, se constante en todos tus caminos. Sigue adelante sin detenerte, sin desmayar. No debilitarse, no dejar que el cansancio te domine, ni el desgano, ni los comentarios que bajan el ánimo. Nada te quite el entusiasmo. No te dejes. Pelea tu batalla.

Porque el Señor está contigo dondequiera que tu vayas. Donde sea que nos vayamos a meter, donde sea que estemos; en el trabajo, en la escuela, la universidad, en la calle, en el camino, al acostarte, al levantarte, si vas de viaje, en otro país, en la iglesia, en la casa, dondequiera que significa dondequiera. En cualquier parte y en cualquier lugar.

Lo más importante de esto es que es un mandamiento. Si no lo cumplimos somos desobedientes a su palabra. Dios ha dado esa orden, debemos obedecerla. Mira que te mando. En pocas ocasiones vemos en la palabra que Dios da ordenes directas, la mayor parte de las veces nos habla del beneficio de la obediencia, incluso al obedecer y honrar a los padres, conseguimos una bella promesa de Dios, tendremos larga vida.

Y luego de esforzarnos y ser valientes ¿qué obtenemos? Dice Dios que Él nos dará la tierra que ha prometido a nuestros padres. ¿Qué promesas vienes escuchando desde que te acercaste a Dios? Tal vez desde que naciste, eras niña, o señorita, y han pasado años sin ver sus promesas. ¿Qué les fue prometido a tus padres que ellos no hayan alcanzado? Alcánzalo tu.

Será acaso que debes esforzarte y ser valiente y no lo has sido. Podría ser que sí temes y que sí has desmayado. A veces falta poco para llegar a la recta final de una carrera y en ese momento es cuando desmayamos. El ultimo minuto es el más difícil. Y es donde debemos llenarnos de fuerza a través de nuestra fe y la confesión de ella.

Decir palabras como “el Señor me ha prometido estar conmigo” nos debería de dar nuevas fuerzas. El saber que no estamos solas. Que vamos en una carrera, persiguiendo un galardón, pero que no estamos solas. Dice también “yo estaré contigo todos los días, hasta el fin del mundo” con una promesa así ¿no somos capaces de ir al fin del mundo?

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miércoles, 14 de mayo de 2008

PORQUE DE TAL MANERA AMO DIOS AL MUNDO



Que ha dado a su único hijo, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16

En estos días y este mes que celebramos el día de la madre, mucho se nos dice del amor de Dios. Del amor de las madres a los hijos y muchas madres no podemos explicarnos cómo hizo el Señor para atreverse a dar su vida por amor. Como hizo el Padre para entregar al Hijo, solamente por amor.

En este mundo vamos y venimos. Con el corre y corre de cada día muchas veces se olvida agradecer. Tratamos de dar regalos, agasajos, y cumplidos a las madres, pero nos olvidamos del amor de Dios.

El nos ama siempre, todos los días. Dios puso en el amor de madre, una muestra de su amor. Un ejemplo de su amor incondicional. Solamente una madre sería capaz de dar su vida por los hijos. Pero aún así, somos tan humanas, tan faltas de perfección. Cuantas madres, principalmente en las condiciones que se encuentra la humanidad actualmente. Tanta delincuencia, tantos robos, fraudes, estafas, traiciones.

Y las madres afuera de las cárceles y los reformatorios, visitando a sus hijos y gritando “él es inocente” ¿cuántos pleitos entre hermanos, y las madres amando a todos igual, tanto al inocente como al culpable? Defendiendo, protegiendo, justificando. Pero Dios dice que “todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia” y en otro lugar dice que “no tendrá por inocente al culpable” Dios es todo amor. Pero también es fuego consumidor. “Arrepiéntanse los malos, los listos que se aprovechan de los buenos.”

Y cuando venga por su iglesia, encontraremos que dos estarán en un mismo lugar, y uno será tomado y el otro será dejado. Dios e bueno, pero también es justo. Y es misericordioso cuando nos humillamos y pedimos su misericordia. Misericordia es amor y compasión a la miseria.

Debemos reconocer lo inútiles que somos “siervos inútiles cuando lo que nos mandó hacer, hicimos” es necesario recorrer la segunda milla. Cuando nos pidan el suéter, dar también el abrigo. Y obedecerle porque quiere obediencia y misericordia, más que sacrificios.

Su fidelidad es grande y es incomparable, pero dice “buscad al Señor, mientras pueda ser hallado” llegará el día en que no habrá quién te predique, no habrá quien te enseñe, y no se le podrá encontrar. Piénsalo, entrégale tu vida a Cristo. Y Él sabrá hacer algo bueno de esa vida. Te llenará de éxito y excelencia, y todo lo que hagas te saldrá bien.

martes, 6 de mayo de 2008

MADRE ¿SÓLO HAY UNA?

Tú, mujer estéril que nunca ha dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡Prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada. -Dice el Señor.-
Isaías 54:1

Se salvará engendrando hijos, si permanece en fe, amor y santificación, con modestia.
1º. De Timoteo 2:15

“Que vaya Beatriz” decía el niño, refiriéndose a la celebración del día de la madre, en el Colegio. No su mamá, sino la empleada que se encargaba de cuidarlo. Los niños elaboran una manualidad para entregársela ese día a su mamá, preparan actos con bailes y poemas alusivos a la madre. Y este niño valoraba y quería premiar el cariño de ella.

Definitivamente solo de una persona pudo haber nacido cada ser humano, una persona le ha dado a luz, una sola persona lo tuvo en su vientre, en un solo vientre fuimos formados muy en lo intimo y en lo secreto. Pero pueden haber muchas personas que nos dan amor de madre; incluso hay padres que suplen y saben dar amor de madre.

Muchas veces las tías y las abuelitas hacen ese papel. Otras veces las amigas de más edad y experiencia, o las esposas de los pastores, lo tal vez las hermanas mayores, son las que guían y aconsejan. En Guatemala y muchos otros países se dan los casos, que la mamá sale a trabajar, el papá no está, y la niña más grandecita se ocupa de los hermanitos, cuidan, crían y aman, como si fueran las madres. Hay madres naturales y madres espirituales.

Muchas niñas juegan y aprenden a ser madres, con muñecas. A muchas niñas les toca cuidar otros niños, eso es causa de frustración y no disfrutan de criar niños, cosa que es normal, porque una niña no es para eso. Pero luego cuando tienen a sus propios hijos, se ven afectadas por ese recuerdo, o los tratan como a nietos, o como a extraños. Algunas necesitan sanar su alma para disfrutas a sus hijos y a sus nietos.

Amar como a hijos es amar como Dios ama. Ese amor y esa preocupación cuando un hijo no regresa a casa a la hora acordada. Esas fuerzas para desvelarse hasta que llegue y saber que todo está bien, son un reflejo del amor y el cuidado que Dios tiene de sus hijos. ¡Gloria a Dios por las mamás y los papás que también son así como Él!

Es la misma forma en que nosotros amamos a nuestros hijos que Dios nos ama. Pero así como a muchas mamás les toca hacer de padre y madre en el hogar; también hay algunos hombres que llevan a cabo ese papel. Dios es un Ser completo que da la mitad de sus atributos al hombre y la otra a la mujer, se complementan cuando se casan.

¿Qué de los casos de los niños adoptados? Un humano no puede sobrevivir, cuando nace, si alguien no lo cuida. Debe haber una persona enviada por Dios para darle esos cuidados elementales que necesita un recién nacido. Tal vez son planeados por Dios.

Un mensajero de Dios es un Ángel. A la tierra venimos a cumplir una misión. Cualquiera que sea la de cada uno, es necesario descubrirla y llevarla a cabo. Y alguien debe ser quien nos proporciona esos primeros cuidados. Realmente duramos tal vez hasta los cinco o siete años necesitando los cuidados de otros.

Probablemente muchas personas no recuerdan quién les otorgó esos primeros cuidados, la mayoría de los casos es la madre. Pero algunas otras veces hay que reconoce que son las nanas, o las empleadas domésticas, las abuelitas, o las tías, etc. Tal vez pagadas con dinero, otras veces con amor. Otras veces pagadas con nada.

Lamentablemente muchas veces los muchachos y los adultos que ya se valen por sí mismos, empiezan a padecer demencia, o lagunas mentales, o posiblemente sean mal agradecidos. Pero no hay unas gracias, una flor para sorprender a esa persona que ha dado la vida en dedicación por cuidarle. No importan las fechas importa el amor.

Si las cosas se han puesto difíciles, a pesar de no tener la culpa, o no recordar desde cuándo empezó una relación tirante y decepcionante, solamente hay que averiguar con qué personas pasamos esos días, meses y años, en que no podíamos valernos por nosotros mismos. Cuando solamente sabíamos llorar. Cuando si no nos hubieran limpiado, tal vez habríamos muerto. Esa persona que nos daba de comer, o salía a trabajar para que hubiera qué llevarnos a la boca. Merece al menos un “muchas gracias”. Sean hijos del vientre o hijos del corazón (como los adoptados por ejemplo.)

No solo hay una. Podemos tener muchas madres. Esas personas que nos aman tanto como ellas. Pero aquí el punto es a quién le agradezco o a quién debo honrar. Pues un poco a todas y en su momento a cada una de ellas. Ser agradecido es ser humilde. Saber reconocer y agradecer es de sabios. Y una buena oportunidad para mostrar amor.

Si Dios nos honra con la oportunidad de cuidar a un hijo, para quien Él tiene planes, estamos siendo vasos útiles, cuidando a esas personitas que serán usadas para el engrandecimiento de su obra.

De cada hijo debemos dar cuentas a Dios. Esas son nuestras viñas, que hay que cuidar. Pero aunque no diéramos cuentas a nadie, el amor nos hace presentar a los hijos excelentes y felices delante del creador.

Y cómo ser una buena madre si no tengo hijos. A qué hijos engendro cuando nunca siquiera estuve embarazada. Dios quiere que seamos en el servicio de su reino, como madres. Realmente Él quiere que seamos madres, que engendremos hijos y muchos. En la vida natural el hombre engendra y la mujer concibe, en Dios todos engendramos.

Son todas las personas a quienes les compartimos las buenas noticias de Jesucristo, las personas que adquieren el derecho a ser hijas de Dios, y lo saben a través de nuestro testimonio y nuestro mensaje. Las personas que llegan a recibir la libertad de todas las cadenas que el mundo nos pone encima, a través de un mensaje, o un testimonio, una atención, una enseñanza, un regalo, llegan a ser como hijos nuestros.

Llegan a ser como hijos porque aman como a padres a las personas de quien reciben este tipo de regalos. Son tesoros que se hacen en el reino de los cielos. Allá es donde estamos acumulando riquezas y galardones. Pero también aquí vemos los frutos.

Por eso es que muchas mujeres sin haber tenido dolores de parto o achaques del embarazo, pueden experimentar el amor de madre, y el cariño y agradecimiento que da el tener buenos hijos. Hijos que honran a sus padres, cuando los vemos crecer, valerse por si mismos y servir a Dios, nos llenan de orgullo y satisfacción.

Miriam Argueta de Jerez
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